Los adultos mayores en el ámbito laboral mexicano

¿Cuántos de nosotros hemos visto a adultos mayores empacando en el súper mercado? En teoría, nuestros ancianos ya no tendrían que trabajar, al menos no por necesidad, pero la realidad es que en México cerca de 13 millones de personas se encuentran en el rango de la tercera edad, de los cuales aproximadamente la mitad vive en la pobreza. Solo uno de cada cuatro adultos mayores recibe una pensión por sus años de trabajo.

Estas cifras constituyen un reto enorme para la economía mexicana y para los mecanismos sociales que operan actualmente, porque además, el reto sigue creciendo, la esperanza de vida promedio para el 2050 será de 80 años, esto significa que los ancianos vivirán 10 años más que hoy, y la pirámide poblacional se invertirá, pues, los ancianos representarán cerca del 33% de la población, la cantidad más alta en América Latina.

Muchos adultos mayores siguen laborando después de jubilarse, en la mayoría de los casos porque deben solventar sus gastos e incluso los de otro familiar, ya sea cónyuge o descendientes; aproximadamente 7 millones de adultos mayores sostienen hoy en día un hogar.

Pero existen limitaciones importantes para ellos, en primer lugar las propias, ha menguado su capacidad física para realizar algunas tareas, la brecha generacional que hace difícil que accedan a las nuevas tecnologías y tendencias, pero la más importante de todas es el prejuicio social, las empresas suelen excluirlos tajantemente porque les parecen incapaces.

Si bien es cierto que no cuentan generalmente con atributos que aportan las nuevas generaciones, también es pertinente señalar que sí tienen muchas cualidades que esas nuevas generaciones están lejos de adquirir, como el nivel de compromiso con una empresa, su experiencia, responsabilidad y agradecimiento.

Debemos estar conscientes de tres factores: el primero es que los adultos mayores todavía pueden aportar mucho en el ámbito laboral, el segundo es que son un grupo altamente vulnerable y como sociedad debemos afrontar nuestra responsabilidad de proveerlos de una vida digna, y el tercero es que además de resolver la situación actual debemos prever las condiciones que se avecinan en este tema.

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